Irónicamente nos encontramos en la era de la desinformación. Desde que salió la moda de evitar a toda costa los químicos, las empresas nos bombardean con eslóganes tales como “sin parabenos”, “sin siliconas”, “sin químicos”, “sin tóxicos”, “sin sulfatos”, … el problema es que muchas veces se acusa a ingredientes que está demostrado que son seguros. Y esto es lo que sucede con los sulfatos.
¿Qué son los sulfatos?
Son un tipo de tensioactivos aniónicos y destacan por su alto poder detergente y espumante. Es por ello que los sulfatos eliminan la suciedad de forma muy efectiva creando, a veces, una gran cantidad de espuma.
Pero no todos los sulfatos actúan de la misma forma, es cierto que hay unos suaves y otros que pueden irritar la piel. En el INCI aparece como “sulfate”.
Hay dos tipos:
- Alquil sulfatos:
- Alquil éter sulfatos:
- Sodium Lauryl Sulfate (SLS): pueden ir acompañados de ingredientes calmantes o emolientes para rebajar la irritación.
- Sodium Laureth Sulfate (SLES): Este es el más utilizado en productos de higiene.
Por este motivo no debemos rechazar un producto solo por el hecho de incluir Sodium Lauryl Sulfate ya que lo importante es el porcentaje que se usa de ese ingrediente o si la fórmula incluye algún ingrediente que reduzca la irritación. Es por eso que las fórmulas de cualquier producto deben de valorarse en su conjunto.
¿Para qué se usan los sulfatos?
Su principal función es lograr que las grasas sean solubles en agua para eliminarlas de la piel o del cuero cabelludo. Por este motivo cumplen el papel de limpiadores, aunque también se pueden utilizar como emulsionantes y como humectantes.
Sus ventajas
Son uno de los tensioactivos con mayor poder detergente, limpiador y poder espumógeno. Por eso es ideal para champús, geles de ducha o jabones de mano.
¿Son seguros?
Todos los ingredientes cosméticos, incluidos los sulfatos, pasan por numerosos exámenes y se rigen por el principio de prevención. Eso quiere decir que, ante la más mínima duda sobre su seguridad, son retirados del mercado. Por lo tanto, podemos asegurar que todos los cosméticos comercializados legalmente en la Unión Europea son seguros.
Alternativas a los sulfatos
Como casi todo en la vida existen alternativas. Por ejemplo: los sarcosinatos, los glutamatos o los isetionatos.
Espero que os haya interesado este nuevo post. Recordar siempre que información, es poder.